12.30.2008

Dosis.-



Necesite deglutir una dosis de veneno para saborear la esencia de tu cuerpo. Hoy después del mareo insistí en la promesa de arrancarme la carne. Despierto en el sudor y el reloj marca los dos. Quise responder al olvido alejando cada imagen, cada latido. La sensación de violentar el corazón y fracasar al ignorar los hilos de tu prisión, las cadenas que amarraste a mis oídos. El miedo usualmente paraliza, yo decidí saltar al vacío, desgarre la duda, y en caída libre pendí mi fe de una raíz. Anochecí en el derrumbe de todas las bendiciones y la moral, aquel código de restricción, fue cayendo a una sucesión de abismos, en un espiral amorfo de decisiones inútiles. Delineé la recta de conclusiones y me arrodille sin restricciones a la condena que nos impusimos.
Fracase
fracase
fracase
Una vez, dos y tres...nene, sabes qué? Fracase.
No descansa la avidez de anudar mis venas al camino, contorsionar al destino y preguntarle quién es el rey cuando la tempestad agita cada célula de tu voz...
Nuevamente dibujo las depresiones sobre un nuevo plano de color, ya las dependencias no se me figuran necesarias, y frente al límite del amor arribo un sismo de perdón.
El código muto sus gritos, hoy el abismo es la tierra que transito, y en esa muerte la transmutación re aparece como salvación.-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Salvacion...

Anónimo dijo...

Muy bueno Yane! me gustó mucho... gracias!!
Que tengas un buen año 2009!!!
besos

Hernán

Anónimo dijo...

Es excelente, Yane.
Te felicito.
Gracias por hacerme llegar tu arte hasta aquí.
Aunque tus poemas son hijos del dolor, conjugan la visión elevada de una mente brillante y un alma super sensible.
Es una delicia leerlos, aunque duelan.

Un beso.
Feliz año nuevo.